Me miro desde lejos. Desde donde ya estuve. Y tan sólo reconozco una sombra que apenas respiraba y una ligera voz que sobrevuela. Y permanezco. Por si una luz.
A veces te prestan una casa y te prestan la vida. O la recuperación de una parte de la vida. O de una parte de la vida para dos. Y cuando ese préstamo es continuo y en diversas épocas del año (en todas las estaciones) parece...