Tan poca vida

Un clásico moderno. La narración del relato, así como la construcción de cada uno de los personajes, es brillante. Desde la primera página te agarra de la mano y, a partir de entonces, te lleva en un viaje emocional difícil de olvidar.

Simplemente me gustó no hasta el punto de llorar… pero me gustó

Se me hizo muy extenso, y aunque sean unos temas importantes que hablar y discutir, en mi opinión es demasiado. Son tantos los infortunios que no pude conectar como me hubiese gustado con la historia y los personajes.

Esta novela de 1002 páginas podría haberse escrito en 102 y le sobraría la mitad. Es una de las peores novelas que he leído: la misma historia de abusos y violaciones en la infancia y sus consecuencias en la vida adulta recorre sus 1002 páginas siendo siempre los mismos traumas y la misma autodestrucción del personaje principal: Jude Saint Francis. Para mí es el peor protagonista que yo haya encontrado en novela alguna. No crea ninguna simpatía en el lector, no hace nada que pueda rescatarlo de su inmundicia. Raskolnikov y Julian Sorel buscaban su perdición para redimirse y encontrar el perdón, Saint Francis, en cambio, solo desprecia a los demás, a todos aquellos que le temen y que le quieren (no encuentro nunca en la novela algo que él haga para que alguien lo quiera) él mismo se desprecia... es una pérdida de tiempo esta lectura. La autora tiene un gran don: escribe, describe y sigue escribiendo durante 1002 páginas hechos inverosímiles de una panda de pijos neoyorkinos que recorren el mundo a través de cenas y viajes que nunca se justifican por sí mismas. Por otro lado, la autora realiza un ejercicio de sadismo contra su protagonista, contra todos sus personajes y sus lectores. Una gran pérdida de tiempo.

Libro que incomoda por su crudeza. Como lectora sentí impotencia ante el acto de únicamente de presenciar y aceptar la situación contada. Denso para quien no suele profundizar demasiado en las historias pero muy interesante a nivel perspectivas y personalidad de cada personaje.