El asedio de Haarlem

BREVE RESEÑA "EL ASEDIO DE HAARLEM" Héctor Castro nos introduce magistralmente en el volumen II de su trilogía del Acero que lleva por título "El asedio de Harleem". Novela ambientada en la guerra de los ochenta años a finales del siglo XVI (1573) en las frías tierras de Flandes; auténtico pozo sin fondo de la Monarquía hispánica, y lugar bautizado como "la Gran ciénaga de Europa" donde muchos soldados tiñeron de sangre aquel lodazal. En el corazón hereje, el asedio de Harleem ocupa una parte central de la novela donde, el español Martín de la Vega y el portugués Afonso Duarte se ven en situaciones no exentas de riesgo; saliendo airosos de los lances a través de las armas. Batallas, encamisadas, escaramuzas y combates navales harán las delicias del lector quien podrá disfrutar de una narrativa ágil y amena que generará un ritmo trepidante. Hay una serie de características que hacen del libro una auténtica novela HISTÓRICA. Sí, con mayúsculas. El autor, aparte de la utilización con maestría de los recursos estilísticos propios de una novela, ha llevado a cabo una labor de documentación que tiene su refrendo en la obra. Ambientación histórica, con una descripción del espacio, de las partes que integraban las fortalezas "a la moderna" ó trace italienne, de los barcos de guerra, ó la inclusión de personajes históricos como pueden ser el duque de Alba, su hijo Fadrique, Bernardino de Mendoza, hasta el ilustre e incombustible maestre de campo Julián Romero. Todo ello afianza la trama argumental dando veracidad al relato. Papel fundamental tiene el capitán francés Philippe Boidet quien, tan de repente está dando estocadas en un combate singular como entre las sábanas de una alcoba. Hay momentos gloriosos, como el que transcurre en las murallas de Haarlem y que bien se podía resumir con un "ni un hombre atrás", que se intercalan con otros que están más relacionados con la condición humana y que son propios del binomio hambre-enfermedad tan característico en un asedio. Rescato una cita de la novela que personalmente me ha encantado (p.89): " ... en cambio los españoles parecían nacidos para la abstinencia y la fatiga, duros y austeros, con sobrio ánimo para la muerte" La novela incluye siete magníficas ilustraciones, una de ellas "subidita de tono", que adornan una cuidadosa edición de la obra. Recomiendo encarecidamente su lectura. El lector podrá retroceder en el tiempo y sumergirse en el Flandes de finales del siglo XVI de forma amena y didáctica.