En el teatro, las puertas están para que entre por ellas lo inesperado. Si por la puerta del bar entra un camarero, eso es lo normal. Si entra un rinoceronte, el miedo y el sentido de la maravilla entran con él. Las puertas están para...
Un cómico napolitano hambriento y descarado, la hija de un panadero empeñada en ser actriz, dos caballeros misteriosos, una pareja de matones despistados, un padre tiránico y un concurso de cómicos: Sevilla en 1620.