A partor de raices de palabras como ira, amor, envidia, codicia, avaricia y otras, la autora asciende a través del latin, el griego y las antiguas lenguas eslavas y germánicas, para reconstruir un complejo mundo pasional.
El silencio de todos los seres humanos, hombres y mujeres, ancianos y niños, debería ser más alabado, más protegido, mejor resguardado. No sólo el silencio, sino ese silencio activo que es la capacidad de escucha [] que...