La Resurrección

Hace unos 2000 años un rabino judío fue torturado y condenado a muerte en la cruz por los romanos. Después de este trágico suceso, sus discípulos estaban convencidos de que había resucitado. Su convicción era tan firme que incluso llegaron al martirio por defender esta idea. Su firmeza en ideas y actos ha constituido el argumento fundamental de las iglesias cristianas para afirmar que Jesús de Nazaret realmente resucitó. Peró, ¿tiene la ciencia histórica un punto de vista alternativo? Este libro demuestra que sí: los datos históricos apuntan claramente a que la resurrección física de Jesús no se produjo de ninguna manera y a que la creencia cristiana en la resurrección del nazareno se fue construyendo gradualmente de una manera natural y explicable tanto desde la psicología científica, las influencias de los textos sagrados del Antiguo Testamento como de la correcta interpretación de las narraciones históricas de la época (ya que los historiadores de tiempos de Jesús, por no hablar de los meros contadores de historia como los evangelistas, no se ajustaban para nada a los cánones del historiador actual). Todo esto me ha encantado. Lo que no me ha gustado: el autor de vez en cuando se dedica a decir que aunque los datos históricos no apuntaran a que no hubo resurrección de Jesús, habría que negar de todas maneras su resurrección "ya que la resurrección de una persona es científicamente imposible". Este tipo de afirmaciones me causan desafección, ya que muestran a un autor dogmáticamente cerrado en el cientificismo. El buen científico no es el cientificista, sino el que está abierto a que todo, en principio, es posible y a que, por tanto, toda ciencia es mejorable y, a la larga, desechable ante nuevos datos no previstos. Si Dios, en caso de existir, cosa que ni el autor ni yo podemos confirmar o descartar, lo puede todo, ¿no sería entonces posible que hubiera resucitado a Jesús? ¡Por supuesto que sí! En estes sentido, me ha gustado mucho más el epílogo del libro a cargo de Nacho Ares. Porque, en dos páginas ha sabido sintetizar genialmente el sentido de la vida que nos puede aportar el cristianismo o cualquier otra religión incluso al, o gracias a, limpiarla de toda escoria mágica.

Estudio serio y pormenorizado, redactado de manera clara y amena. Interesantísimo y más que recomendable.