Penitencia

Si hay algo que me gusta es leer sobre otras culturas, aprender sobre su visión de la vida, una vida tan diferente a la nuestra, sobre todo en relación a su férreo sistema de educación. En esta ocasión, Kanae Minato nos trae una novela similar a "Confesiones" en cuanto a como está estructurada y en cuanto que vuelve a poner, una vez más, el foco en los hijos, la educación y los traumas que un acontecimiento del pasado nos deja a modo de secuelas una vez somos adultos.  Y de como ese trauma y la culpa puede dirigir las vidas de las cuatro protagonistas de esta historia. Sae, Maki, Akiko y Yuka, irán desgranando sus recuerdos sobre la muerte traumática que sufrió una de sus amigas cuando un extraño la convenció para separarse del grupo con el pretexto de precisar su ayuda para arreglar el aparato de aire acondicionado del vestuario, mientras, el resto de amigas siguió jugando a pasarse la pelota hasta que se percataron de la ausencia extremadamente larga de su amiga. A partir de aquí ya se imaginan el escenario con el que se encontraron estas jóvenes con tan solo 10 años. Por si el trauma en sí no fuera suficiente, la madre de la niña asesinada se pone en contacto con ellas pasados tres años para amenazarlas diciéndoles que hagan lo que sea para encontrar al asesino antes de que el crimen prescriba o de lo contrario deberán cumplir una penitencia. Transcurridos quince años el crimen sigue sin resolverse. ¿Lograrán satisfacer el deseo de venganza de la madre o por el contrario cumplirán esa temida penitencia? A pesar del genial retrato que hace de cada uno de los personajes, su vida y circunstancias que los hacen comportarse de una determinada manera, en esta ocasión no me ha tenido tan en vilo como en su anterior novela, aquí se toma su tiempo para relatarnos los hechos en forma de confesión, dejando clara la visión de cada una de las testigos de la tragedia que marcó sus vidas, poniendo el foco en las secuelas de ese hecho más que en el asesinato en sí. Pero sí me ha gustado como trata algunos temas interesantes en la cultura japonesa; como el papel de la mujer en el matrimonio, las diferencias sociales entre los que viven en zonas rurales y en ciudad, poniendo especial interés en la maternidad y cómo afrontamos los problemas en los que se meten nuestros hijos. En definitiva, es una buena novela para debatir y reflexionar, tocando también temas delicados como el suicidio, aunque se me ha hecho demasiado reflexiva en algunos tramos y las conexiones de las protagonistas con el suceso final me han parecido forzadas, detonando en un final que no me ha parecido sorprendente sino como digo forzado y plagado de casualidades, aún así, es una lectura que recomiendo. ✏«No debes pensar que todos los hombres somos iguales. Porque se nos dan cosas diferentes desde que nacemos. Los pobres no deben pretender ser ricos. Un tonto no debe pretender ser un erudito. Una persona pobre debe encontrar la felicidad en la frugalidad, y una persona tonta hace lo mejor que puede dentro de sus limitaciones. Si buscas algo por encima de tu posición, eso solo te conducirá a la desgracia. El cielo nos está observando con atención a todos y te castigará si ansías algo que no te corresponde». 

Me gustó más confesiones