Compasión por el diablo

¿Qué puedo decir? Una novela que te deja sin aliento y que hace que “Apocalipsis Now” parezca una producción de Disney. “Compasión por el diablo” no es un alegato contra la guerra, no le hace falta. Desde las primeras páginas ya deja claro que sus protagonistas tienen claro que están participando en una guerra absolutamente sin sentido, donde se desprecia tanto al enemigo (Vietcong) como al ejército que se supone que asisten (Sur vietnamita). Por despreciar, los protagonistas, estos chicos de operaciones especiales, desprecian hasta al resto de unidades estadounidenses. Una guerra sin sentido pero donde saben hacer lo que hay que hacer. Para ellos, ya no hay sitio en el país al que volverán. Se han perdido o encontrado, en algún sitio entre la deshumanización de la instrucción o la crueldad de las estrategias de combate o la hipocresía de sus mandos y políticos. Por supuesto también hay jirones de brillante misericordia, de amistad, de amor... brillantes, efímeros y a nivel individual. Un relato bestial que crece y crece hasta un final explosivo y siniestro. Literalmente. Kent Anderson sabe de lo que habla. Él era uno de esos chicos de la V de operaciones especiales. Como su alter ego que usa en la narración, Hanson, abandono la universidad reclutado. A su regreso a la temida vida civil trabajo de policía y con esas vivencias escribió otras dos novelas, también protagonizadas por Hanson.