Amar no es acertar, vivir no es ser perfectos. Tienes derecho a equivocarte y seguir adelante. Ningún fallo del pasado justifica que te vuelvas atrás y dejes de buscar el camino que lleva a tu casa.
Este libro parte de una convicción muy simple: Dios está vivo, tal vez más vivo que nunca. El encuentro en el encinar de Mambré, la Zarza ardiente, el susurro de Elías, la voz del Señor a Samuel, y tantos momentos...
Aquí se te cuentan unos cuentos no para dormir, aunque cada cual es muy libre de leerlos cuando mejor le caigan, sino para despertar. No para que volemos a mundos imaginarios, sino para que aterrices en el que de hecho etamos.