A los santuarios marianos acuden muchas personas. Unas lo hacen por motivos religiosos; otras por diferentes razones entre las que no se excluye el turismo. Para muchos su estancia supone, cuando menos, un tiempo de sosiego y reflexión.
Este libro recoge 22 semblanzas de cristianos -santos o en proceso de canonización-, contemporáneos en su mayoría, y ofrece a nuestra consideración alguna de sus virtudes más características.
La primera vez que subí al Monte Perdido era un día soleado de agosto. La ascensión había tenido el encanto de todas las excursiones de alta montaña en el Pirineo. En el libro de la cumbre, uno de los componentes del...