Un ligero movimiento de su cuerpo captó toda mi atención. Se volvió, lento y preciso, como un gato que ronronea tranquilo en un dulce sueño. Se quedó boca arriba. Sus rasgos se dibujaron con mayor claridad bajo la luz...
Él respiró, tomó el aire despacio y permaneció unos segundos en silencio como si tratara de encontrar las palabras. -Desde niño he vivido con esto -me miró con una sonrisa cínica ?Premoniciones. Levant&oacu...