Había una vez un patito que nació diferente a sus hermanos. Era de otro color y de otro tamaño. Su mamá le quería mucho pero sus hermanos le llamaban patito feo. Un día, claro, creció. Libre de cartó...
deciden dar un paseo por el bosque. Entonces llega a la casa Rizos de Oro. Tiene mucha hambre. El chocolate de Mamá Oso está muy frío, el de Papá Oso muy caliente.