37ºC: COMO SALVAR TU CULO

Antes de nada quiero decir que el libro merece la pena leerlo y poseerlo para poderlo releer de vez en cuando y refrescar los conocimientos de cara a alguna salida al campo. Dicho lo cual, sí he de decir que me ha decepcionado un poco bastante. Esperaba de la Editorial Desnivel algo un poco mejor. ¿Qué no me ha gustado del libro? la letra es pequeña, demasiado pequeña para mi gusto. Luego respecto del contenido, se puede decir lo mismo en la mitad de espacio ahorrando todas las tonterías. El lenguaje "guay" para "colgados" le resta a un libro que debe ser técnico y didáctico capacidad de transmitir y de llegar al lector, porque nos perdemos en hacernos el guay en lugar de en transmitir unos conocimientos y unas habilidades en supervivencia que es de lo que se trata, porque para eso se adquiere, ya que un libro de supervivencia no es una revista para adolescentes. El libro posee muchos conocimientos útiles, que expresados con un sentido menos informal y más didáctico harían de él uno de los mejores. Tal como está escrito, deja bastante que desear como manual de supervivencia. El Manual de Collin Towell ya agotado, o el de Supervivencia del SAS, son mucho mejores. No quiere decir que no te lo compres, merece la pena tenerlo, pero es una pena que esté escrito en un tono excesivamente desenfadado, porque no todos los lectores somos "drogatas", o nos van las pamplinas místicas. La razón de ser de un manual de supervivencia debe ser una herramienta técnica que suministre al lector, de la forma más didáctica, posible unos conocimientos y unas habilidades que pueden ser vitales en caso de necesidad. El libro es bueno pero presenta los conocimientos no con la nitidez y claridad que serían exigibles de un modo "académico", sino de una forma "funny", que habrá a quien le guste, pero que para mí supone una hojarasca que opera a modo de obstáculo o de patina que dificulta el acceso a los datos y la nitidez con la que este tipo de conocimientos deben ofrecerse en un texto que debe tener la misión de transmitir sin trabas una información y unos conocimiento que precisamente por ser de supervivencia, son, por definición, vitales.