Cabárceno

5 de 5 para esta lectura no apta para los no valientes.
 Cabárceno es un thriller con tendencia cinematográfica donde muchos de los personajes, enfrentados a diversos retos emocionales, acaban siendo víctimas de la revelación de su verdadero ser. Un enfrentamiento a su primordial instinto de supervivencia, es lo que acabará marcando la naturaleza de cada uno y permitirá el fluir de los acontecimientos de la novela. En esta historia, son varios los protagonistas que parecen lucir el mérito de ser definidos como tales. Sin embargo a ganar el premio de héroe por antonomasia, es Daniel. Daniel se presenta inicialmente como un personaje un tanto inmaduro: un muchacho que - aburrido por su vida cotidiana y empujado por la presión de sus padres para que comience a parecerse a un adulto, más que a un eterno adolescente - empieza con una primera experiencia laboral, entrando a trabajar en el Parque de Cabárceno, para ayudar con los desafíos de la temporada alta. Como podía esperarse que tras solo un día de trabajo, dicha experiencia hubiese llegado a forjar su vida y sus recuerdos para siempre. La novela presenta con su final, una complejidad superior a la que predice durante los primeros capítulos. Se nutre de detalles y momentos claramente únicos que aportan riqueza a la calidad de cada escena y a la función de cada uno los personajes. Todas las piezas, hasta las que parecen ser de menor importancia en un principio, son cruciales para que el lector llegue a absorber en pleno, el horror y a la vez el acción y las emociones que navegan los meandros de las escenas. Todos los pequeños se sienten fascinados por los zoos y por animales de cualquier especie o de especies raras que no se encuentran al alcance de la rutina diaria. Sin embargo, Cabárceno no es una novela para niños. Disfrazada de thriller juvenil, se revela como una historia que puede despertar en el más valiente de los adultos, traumas infantiles sobre la ferocidad de aquellas bestias que habitan un parque como el más famoso de Cantabria. Un lenguaje descriptivo y gráfico acompaña cada secuencia, con un tono muy crudo, pero a la vez coloquial. Una historia que el autor narra con un ritmo inicialmente suave, impregnado de un conjunto armonioso de pausas zanjadas por discursos directos y giros impactantes. Un ritmo que permite viajar con la imaginación hacia cada escenario. Un cuadro que se hace aún más horrífico si los nuevos y tétricos paisajes dibujados por el autor, sustituyen las de una anterior visita al parque de Cabárceno donde la naturaleza y los animales recordaban a un valle encantado, de los de los sueños o cuentos de hadas. Un climax de encuentros psicológicos y emocionales, acción y terror, logrado sin duda a partir de la segunda mitad del libro, donde por fin, la verdadera faceta de cada uno de los ´protagonistas´ ve la luz y el descubrimiento de las fuentes que han causado el comienzo de la pandemia zombi, no deja espacio a la esperanza de que la historia pueda tener un final tan feliz. O quizás si? Un libro que obliga a ser leído del tirón por los lazos entre capítulos establecidos de una forma tan inteligente por parte del autor, tal de impedir abandonar la lectura por no querer despertar de la hipnosis fantástica y traumática a la cual la historia te desplaza.